Turbulencia Política en el Perú: Diagnóstico y Propuestas para un Futuro Democrático

En los últimos años en el Perú, políticamente hablando, se podría decir que empieza a nacer una nueva y perversa tradición de cierre de año, pues coincidentemente en el mes de diciembre se desencadenan dantescas crisis políticas. Por ejemplo, casi todos esperábamos que hoy la atención mediática estaría puesta sobre el proceso disciplinario que la Junta Nacional de Justicia ha entablado contra la hasta ahora fiscal de la nación, Patricia Benavides, por liderar una organización criminal, por lo cual corresponde que sea separada del cargo para no entorpecer las investigaciones. 

Por su parte, Jaime Villanueva, ex asesor principal de la fiscal de la nación, se acogió a la colaboración eficaz y admitió la veracidad de los chats difundidos por los medios de comunicación en los que se puede apreciar la negociación de votos con varios congresistas, y manifiesta haber realizado tal acción por órdenes de Patricia Benavides. La colaboración de Jaime Villanueva, mantiene en pánico no solo a los congresistas implicados, sino también a altos funcionarios de los otros poderes del estado, pues todo parece indicar que en los próximos días se vienen revelaciones importantes. 

Y para profundizar aún más la compleja crisis política que atraviesa el país, el Tribunal Constitucional se roba la atención mediática ordenando la liberación de Alberto Fujimori, el exdictador que cumple una condena de 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad, homicidio calificado, secuestro agravado, corrupción y usurpación de funciones. El fallo ha generado una fuerte controversia y se espera despierte toda una ola de protestas en el país, pues ha pasado por alto el mandato de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que había ratificado la sentencia contra Fujimori y había ordenado al estado peruano el cumplimiento efectivo de su condena. Además, ha evidenciado la falta de independencia y la injerencia política del Tribunal Constitucional, que ha sido cuestionado por su composición y sus vínculos con el fujimorismo.

Luego de conocido el fallo del Tribunal Constitucional, el presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ha requerido al Estado Peruano abstenerse de ejecutar la orden del Tribunal Constitucional, que ordenó la libertad de Alberto Fujimori, hasta que la Corte analice si la decisión cumple con las condiciones establecidas en la Resolución del 7 de abril de 2022.

Ante este escenario, ¿cómo puede el Perú salir de la crisis y encaminarse hacia un futuro mejor? En mi opinión, se requieren al menos tres condiciones para lograrlo:

1. DIÁLOGO Y CONSENSO: El Perú es un país diverso y plural, donde conviven diferentes visiones, intereses y demandas. Por ello, es necesario que se busque el diálogo y el consenso con todos los actores políticos, sociales y económicos, respetando las reglas del juego democrático y las instituciones. Es el momento propicio de despojarnos de intereses personales y del llamado a nuevas elecciones generales, y empecemos a trabajar juntos por un mejor país.

2. REFORMA Y MODERNIZACIÓN: Es momento de un nuevo contrato social. El Perú necesita una reforma y una modernización profunda de su sistema político, económico y social, que atienda las demandas históricas de la ciudadanía y que resuelva los problemas estructurales que aquejan al país, como la desigualdad, la pobreza, la informalidad, la corrupción, la inseguridad y la precariedad de los servicios públicos. Asegurando con ello, la reducción de la pobreza, la estabilidad macroeconómica, la apertura comercial, la integración regional y que el crecimiento económico lo sientan todos los peruanos.

3. PARTICIPACIÓN Y VIGILANCIA: El Perú requiere una mayor participación y vigilancia de la sociedad civil, los medios de comunicación, las organizaciones no gubernamentales, las universidades y los centros de investigación, para que ejerzan un rol activo y crítico en el seguimiento y la evaluación de las políticas públicas, la defensa de los derechos humanos, la denuncia de los actos de corrupción y la promoción de la educación, la cultura y la ciudadanía. De esta manera, se podrá fortalecer la democracia, la transparencia, la rendición de cuentas y la confianza entre el estado y la sociedad.

En conclusión, el Perú enfrenta un gran desafío para superar la crisis política que vive y para juntos construir un proyecto de nación inclusivo, sostenible y democrático. Para ello, se necesita de la voluntad, el compromiso y la responsabilidad de todos los peruanos, sin distinción de ideologías, partidos o regiones. Solo así, el Perú podrá salir adelante y alcanzar el desarrollo y el bienestar que se merece.


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