FRANCISCO, UN PAPA REVOLUCIONARIO Y HUMANO.

Es inevitable hablar del Papa Francisco, y quiero comentarles que recuerdo aquel marzo del 2013. Miraba por televisión su elección, el humo blanco, la Plaza de San Pedro llena de gente, y una alegría global que me resultaba ajena, casi desconcertante. El mundo parecía celebrar como si un cambio profundo estuviera ocurriendo en el corazón mismo de una institución milenaria. Yo, un católico a mi manera, más bien alejado de la iglesia, de esos que solo van a misa muy de vez en cuando, con suerte para algún bautizo, no entendía la magnitud del festejo. ¿Un nuevo Papa? Sí, pero la reacción parecía desmedida. ¿Por qué tanta euforia?, me preguntaba con un escepticismo casi cínico. Pronto empezaron a llamarlo el Papa de los pobres. Un título que sonaba a eslogan, pero que Francisco se empeñó en convertir en carne y hueso. Y ahí, creo, empezó mi propio deshielo. Porque tal como anunciaban los titulares, su camino no se trazó entre los mármoles del vaticano, sino en las periferias del dolor y el...