Holanda y Suecia cierran cárceles por falta de presos

A la inversa de las realidades carcelarias de muchos países del mundo, donde los recintos penitenciarios suelen estar sobre poblados, en Holanda y Suecia cierran cárceles debido a la falta de presos. 

En Holanda están por cerrar ocho cárceles debido a la falta de prisioneros que tienen en ese país, ya que al legalizar algunas drogas, los crímenes bajaron.

Esa información es para sorprenderse, entre las ocho cárceles la sumatoria de presos es de tan sólo 14 mil. Actualmente existen 12 mil presos en este país, que en los noventas tenía sobrecupo. Una de las razones de la disminución en el índice criminal parece tener que ver con la legalización de algunas drogas (acompañado seguramente de una política educativa con respecto a sus usos y efectos).

El ministro de justicia Nebahat Albayrak anunció que las prisiones se cerraran y se perderán 1200 trabajos, aunque se está considerando utilizar las prisiones para alojar a prisioneros belgas.

En Estados Unidos, el país que tiene mayor promedio de encarcelamiento y un total de más de 2.3 millones de presos, una de las objeciones que se hace se ante la legalización de la marihuana es que generaría mayor crimen y mayor consumo, algo que los casos de Portugal y Holanda desmienten.

Holanda tiene una población de 16.6 millones y solo 12 mil prisioneros, California, por ejemplo, tiene una población de 36.7 millones y una población de prisioneros de 171 mil, muchos de ellos precisamente en la cárcel por fumar o vender marihuana. Pero tal vez algunas personas prefieren llenar las cárceles de jóvenes que tenerlos en las calles.

Cambios

Entre 1985 y 1995, el estado holandés dobló el número de celdas debido al aumento de la criminalidad en la década de los 70.

En 1989 se introdujo un cambio en el Código Penal por el que el juez podía imponer como sanción un número de horas de trabajo en servicio a la comunidad, en lugar de la pena de prisión. Estas sanciones se pusieron en marcha en 1997 y el número de encarcelados con pena de más de seis meses bajó de 23.500 a 18.000.

Este nuevo modelo defendía que los trabajos en favor de la sociedad favorecían la reinserción social del transgresor, al no estigmatizarlo como un criminal con la pérdida de libertad.

En este sentido, el número de reincidentes era un 20% inferior entre los que habían realizado trabajos sociales que entre los que habían estado en prisión.

También hay argumentos económicos que justifican la aplicación de este sistema. Un delincuente castigado con trabajos sociales sigue con su empleo y realiza las tareas en tiempo libre, mientras que un preso cuesta al Estado 100.000 euros por año.


Suecia apuesta por condenas alternativas para crímenes menores.

Según datos oficiales, entre 2011 y 2012, el número de presos en el país nórdico se redujo en un 6%. Así, en 2012, de los 9,5 millones de habitantes de Suecia, sólo 4.852 estaban en prisión. Un fenómeno que viene repitiéndose desde 2004. Desde ese año el porcentaje de reclusos cayó a un promedio de 1% anual.

“Esperamos que los esfuerzos que invertimos en rehabilitación y en que los presos no reincidan haya tenido impacto, pero no creemos que esto pueda explicar totalmente la reducción del 6%”, señaló Nils Öberg, jefe de los servicios carcelarios de Suecia, consignado por el diario británico The Guardian.

El sistema penitenciario sueco, que es reconocido por tener un enfoque humanitario y amable con los reos, cerró las cárceles de los pueblos de Åby, Håja, Båtshagen y Kristianstad. 

Los expertos apuntan que no existe una claridad total respecto de las razones que han permitido cerrar parte de la infraestructura carcelaria del país, pero coinciden en que el uso de sentencias alternativas para crímenes de baja gravedad -relacionados con drogas o robos menores- han jugado un papel fundamental. “Lo que estamos haciendo es para responsables de crímenes menos serios, como robos y asaltos con menores grados de violencia. La idea aquí es que esas personas que de otro modo pasarían unos pocos meses en prisión, lo que costaría mucho dinero, con el riesgo de la reincidencia, los mantenemos fuera de la cárcel”, señaló a La Tercera el profesor de criminología de la Universidad de Estocolmo, Jerzy Sarnecki.

Según datos del Consejo Nacional Sueco para la Prevención de la Delincuencia, de las personas que ingresaron a la cárcel en 2012, el 23% había sido condenado por delitos de robo, un 14% por delitos contra personas, cerca de un 19% por delitos de drogas y alrededor de 16% habían sido condenados por infracciones al momento de conducir.

Sarnecki detalló que el reemplazo de las estancias breves en prisión por otro tipo de medidas punitivas, como la vigilancia a través de dispositivos electrónicos de seguimiento o el servicio comunitario, han ayudado al descenso de presidiarios.

De acuerdo con la revista norteamericana The Atlantic, en las cárceles de alta seguridad en Suecia, Noruega, Dinamarca y Finlandia, los vigilantes no sólo cumplen tareas correccionales, sino que, además, establecen lazos con los prisioneros para ayudarlos en la reinserción.
“Uno de los factores más importantes para nosotros es tratar de estimular la reinserción al mercado laboral. Eso es un factor importante para reducir la reincidencia en el crimen. Por eso tenemos en las cárceles suecas trabajo industrial, con lo que los entrenamos en varias áreas de producción, para que cuando salgan no sólo tengan una formación educativa, sino que también sean capaces de realizar tareas en áreas textiles, madera y construcción”, dijo Nils Öberg.  

Datos:

Según el Centro Internacional de Estudios Carcelarios, el King´s College de Londres, Estados Unidos tiene la cuarta parte de los reclusos del mundo.
China ocupa el segundo lugar con 1.600.000, a pesar de tener cuatro veces más habitantes que el país norteamericano. Esta cifra excluye a los disidentes que están en el sistema extrajudicial de reeducación por medio del trabajo.
En Latinoamérica, Brasil lidera el ranking regional con 549.577 reclusos. Le siguen Colombia con 114.697, Perú con 59.451, Argentina con 59.227 y Venezuela con 50.000 presos.


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